Los números
Hay muchos tipos de
números: una fructífera taxonomía numérica que ha conformado nuestras
herramientas de conocimiento y, por ello, nuestra visión del mundo.
¿Dónde radica la importancia de un número? Hay números
importantes para los matemáticos, como el número pi; hay números importantes para ciertas religiones, como el
número 3, y hay números importantes para los aficionados a la lotería, como el
22. La importancia asignada al número, ya sea aritmética, mística o
supersticiosa, se remonta a la antigüedad.
Para los griegos, los diez primeros números pertenecían al
espíritu: eran entidades, arquetipos, símbolos. Para Pitágoras: “Todo está
dispuesto según el número”. Platón, consideró el número como esencia de la
armonía y está como fundamento del cosmos y del hombre.
Fue la aritmética lo que Platón, pitagórico convencido, insistía
que se enseñara a los ciudadanos en su República ideal.
Diógenes Laercio (hacia
el año 200 a. C.), en su clásico libro Vidas,
opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres, daba cuenta de en qué
consistía la cosmogonía pitagórica: “El principio de todas las cosas es la
mónada o unidad; de esta mónada nace la
dualidad indefinida que sirve de sustrato material a la mónada, que es su
causa; de la mónada y la dualidad indefinida surgen los números; de los
números, puntos; líneas, figuras planas; de las figuras planas, cuerpos
sólidos; de los cuerpos sólidos, cuerpos sensibles, cuyos componentes son cuatro: fuego, agua, tierra y aire; estos
cuatro elementos se intercambian y se transforman totalmente el uno en el otro,
combinándose para producir un universo animado, inteligente, esférico, con la
tierra como su centro”.
Los indios eran aficionados a los números enormes, que definían
una cosmogonía de dioses casi aritméticos.
En la religión sumeria cada divinidad posee un rico simbolismo y
complejas asociaciones, que incluyen místicas relaciones numéricas.
Sí, los números, su importancia, su influencia, permean toda
nuestra vida, incluso disciplinas que se podría pensar que no tienen nada que
ver con ellos, como la literatura, la poesía o la música (el arte en general)
están impregnadas de ellos así: Rafael Alberti, Miguel de Unamuno, Enrique
Morón, Pedro Calderón de la Barca, Walt Whitman, Julio Cortázar, Víctor Hugo,
Frederick Soddy, José Antonio Herbás, Lope de Vega, Mario Benedetti, Ortega y
Gasset, Wieslawa Szymborska, … tuvieron
un romance con ellos.
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